Inteligencia artificial - 21 Junio, 2020
Cómo utilizar la inteligencia artificial para entender mejor el corazón. En el estudio, la inteligencia artificial ha detectado la presencia de estenosis aórtica con un elevado grado de precisión.
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Fuentes: Healio, Sastra Robotics
El estetoscopio ha sido, desde que tenemos uso de razón, uno de los instrumentos indisolublemente unidos al ejercicio de la profesión médica. Si hubiera que dibujar a un médico arquetípico seguro que, junto con la bata, llevaría uno de esos dispositivos colgando del cuello. De hecho, ni siquiera la aparición de nuevas tecnologías ha logrado desbancarlo de la primera línea de la atención médica. En cualquier caso, tras un par de siglos ejerciendo de herramienta básica de los doctores, sí que está experimentando una evolución palpable con la llegada de versiones digitales que se pueden emparejar con teléfonos móviles y sofisticadas apps. Ahora un estudio ha demostrado que los estetoscopios digitales pueden incorporar capacidades avanzadas de detección gracias a la inteligencia artificial. En este caso, se trata de unas de las dolencias cardíacas más habituales: la estenosis aórtica, caracterizada por un estrechamiento de la válvula aórtica del corazón.
Inteligencia artificial para entender mejor el corazón…
El estudio que ha revelado el potencial de la IA aplicada a las dolencias cardíacas se ha realizado con 161 pacientes de muestra del Instituto Cardiovascular Bluhm en el Northwestern Memorial Hospital de Chicago. Como punto de partida, se utilizaron 639 grabaciones de fonocardiogramas captadas por medio de un estetoscopio digital vinculado a una app de móvil. Una vez recopiladas, se aplicó un algoritmo de aprendizaje de máquinas para detectar la presencia de sonidos asociados a la estenosis aórtica. El resultado fue la detección del 97,2 %de los casos.
Los impulsores del experimento señalan que esta nueva técnica permite ahorrarse costosas exploraciones de ultrasonidos y que los médicos de atención primaria puedan remitir a los pacientes al especialista tras una exploración básica. La idea es que cualquier profesional médico tiene la formación necesaria para manejar estetoscopios y, por tanto, tiene a su alcance la posibilidad de efectuar un diagnóstico previo. El objetivo a largo plazo es que los algoritmos de inteligencia artificial sean capaces de reconocer diversas dolencias cardíacas en distintas fases de desarrollo.
Y los pulmones…
Pero las aplicaciones de la inteligencia artificial en el campo de los estetoscopios no acaban ahí. Otro estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad John Hopkins revela la utilidad de la IA en el diagnóstico de neumonías. Los desarrolladores han creado un nuevo estetoscopio digital que utiliza inteligencia artificial para detectar patrones de respiración sospechosos. Otra de las características del aparato es que cuenta con sistema de cancelación de ruido como los auriculares de alta gama. Así, los profesionales médicos pueden oír con claridad las anomalías respiratorias en cualquier entorno, por ruidoso que sea.
Sonavi Labs, así se llama la empresa detrás del invento, se ha especializado en la detección de enfermedades pulmonares valiéndose de inteligencia artificial y aprendizaje de máquinas. Su objetivo no es solo mejorar los estetoscopios empleados en hospitales y centros médicos, sino también desarrollar nuevas versiones de los dispositivos que puedan emplearse en el hogar. Así, la nueva generación de estetoscopios se convertirá en una herramienta más para los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas, que los utilizarán desde casa como un sistema de telediagnóstico.
El estetoscopio, un juego de niños
En 2016 se cumplieron dos siglos desde la invención del estetoscopio, gracias al ingenio del doctor René Laënnec. Se cuenta que este médico francés iba paseando por el campo cuando se topó con unos niños que jugaban con un tronco: uno de ellos rascaba uno de los extremos con un trozo de metal y otro escuchaba las señales acústicas que se propagaban a través de la madera. Tiempo después, tuvo que auscultar a una joven que parecía sufrir una dolencia cardíaca. Laënnec percibió cierto pudor en la paciente al acercar la cabeza a su pecho y fue entonces cuando recordó a los niños jugando con el tronco. De modo que enrolló una hoja de papel y probó suerte: en efecto, el sonido que le llegaba era mucho más nítido que aplicando el oído directamente. Y lo demás, como se suele decir, es historia.
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