Investigación y Ciencia - 25 Marzo, 2021
¿Dejaremos de preguntar algún día si “el postre lleva gluten”?
Las alergias son un problema de salud pública que crece de forma imparable: en el año 2050 afectará a cerca de la mitad de la población mundial.
Las investigaciones actuales buscan identificar los mecanismos que causan los trastornos.
Un tratamiento contra el cáncer de colon ayuda a desarrollar inmunoterapia contra la alergia a los ácaros.
Tags: #Asma, #Ácaros, #Inmunoterapia
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¿Qué tienen en común la espelta, los huevos y la penicilina? ¿Y un perro, la mostaza y el polvo? Aunque parezca complicado, resulta muy sencillo establecer una relación entre estos elementos: todos ellos pueden causar reacciones alérgicas.
Las alergias son un problema de salud pública a nivel mundial. Se calcula que el 30% de la población sufre algún tipo de incompatibilidad alérgica, pero las previsiones a largo plazo son mucho peores. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, en el año 2050 la mitad de la población del planeta sufrirá algún trastorno alérgico.
Esta enfermedad es una reacción desmesurada que experimenta el organismo cuando se le expone a una sustancia que le resulta extraña. Para combatirlas solo se puede identificar la causa de la alergia y evitarla; mitigarla con antihistamínicos y, en casos severos, con epinefrina, o abordarla con tratamientos de inmunoterapia.
Sin embargo, el continuo crecimiento que ha experimentado esta enfermedad debido a, entre otras cosas, el cambio climático y los hábitos de vida, ha aumentado notablemente el esfuerzo investigador para mitigar sus efectos.
Los microARN y las alergias
Una investigación desarrollada en la Universidad de Yale y publicada por la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology estudia el papel que juegan los microARN, o pequeños ácidos ribonucleicos que establecen la comunicación entre las células, en el tratamiento de diferentes alergias y del asma.
Según este estudio, un microARN específico conocido como miR-1 incide de forma directa sobre la inflamación alérgica que sufren las vías respiratorias, de forma que la alteración de sus niveles podría mitigar los síntomas de esta enfermedad.
El objetivo de esta investigación ha consistido en detener el avance de las células que recubren los vasos sanguíneos dentro de la nariz y de los tejidos pulmonares donde se producen los síntomas del asma.
Los investigadores consiguieron determinar que los vasos sanguíneos de las personas con asma y rinosinusitis dejaban acceder a los pulmones y fosas nasales a un gran número de eosinófilos, los glóbulos blancos que causan su inflamación, y centraron sus esfuerzos en evitar el avance de estas células sanguíneas.
Para ello estudiaron diversas muestras de pulmón humano y comprobaron que los tejidos de aquellos pacientes con niveles bajos de miR-1 sufrían una mayor inflamación, controlaban peor el asma y habían precisado mayor atención médica. Para compensar este déficit, administraron miR-1 por vía intranasal y consiguieron revertir la inflamación pulmonar y reducir los glóbulos blancos que causan los síntomas de alergia y asma en más de 50%. Esta mejora vino acompañada de una reducción de la inflamación de las vías respiratorias, del nivel de moco y de los síntomas del asma.
Inmunoterapia frente a la alergia a los ácaros
Por otra parte, investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han desarrollado una inmunotoxina que es capaz de eliminar las células que causan los síntomas de la alergia a los ácaros.
Según recoge la revista Science Reports, este estudio se basa en inmunotoxinas inicialmente diseñadas para atacar las células cancerígenas en el tratamiento del cáncer de colon.
En concreto, el trabajo ha consistido en un diseño molecular novedoso que ha permitido introducir Der p1, el alérgeno más relevante de la alergia al polvo, en lugar del dominio de anticuerpo que reconoce las células tumorales del cáncer de colon. De esta forma, la inmunotoxina identifica las células responsables de los síntomas de la alergia y libera en su interior una toxina que las destruye de manera efectiva. Esta investigación abre la puerta a nuevos tratamientos de inmunoterapia.
Causas de la intolerancia a la lactosa
Investigadores de la Universidad de Chicago han dado un notable paso para identificar las causas de la intolerancia infantil a la leche de vaca y prevenir o tratar las alergias alimentarias.
La investigación, publicada por Nature, ha partido de un estudio previo que revelaba que los bebés alérgicos a la leche de vaca tenían varios tipos de microbios intestinales diferentes a los que no lo eran, y que algunos de esos microbios reducían el riesgo de desarrollar una alergia alimentaria. Partiendo de esta base, los investigadores decidieron comprobar si esos microbios intestinales de los bebés no alérgicos podrían ejercer un efecto protector al ser implantados en un huésped.
Para ello trasplantaron microbios intestinales de ocho donantes infantiles en grupos de ratones criados en un entorno estéril y sensibilizados con la proteína de la leche para que sus sistemas inmunitarios crearan anticuerpos. Al exponerlos a la leche de vaca, los ratones que no habían recibido ese microbioma sufrieron anafilaxia, una reacción alérgica potencialmente mortal, mientras que los que sí lo hicieron no sufrieron ningún síntoma.
Posteriormente, los investigadores comprobaron que los microbios que residen en el intestino de los bebés afectan al sistema inmunitario del huésped. Por eso concluyeron que los microbios intestinales juegan un papel básico a la hora de regular las respuestas alérgicas a los alimentos y sugieren que más investigaciones podrían conducir a terapias modificadoras del microbioma para prevenir o tratar la alergia alimentaria.
Tanto éstas como otras líneas de investigación tienen como objetivo comprender e identificar los mecanismos que provocan reacciones alérgicas con el fin de optimizar los diagnósticos y mejorar la eficacia de los tratamientos.
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