Tecnología - 01 Marzo, 2022
Asistentes de voz y mecanismos bajo la piel, ¿el futuro de los anticonceptivos?
Investigan la eficacia de un dispositivo que utiliza los ultrasonidos para frenar la producción de esperma.
Los avances tecnológicos también propician innovaciones para la mujer con una menor carga hormonal como unos implantes subdérmicos, que se introducen bajo la piel del brazo .
Tags: #Anticonceptivos, #Embarazo, #Ultrasonidos
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Existen diferentes teorías sobre el origen histórico del preservativo, como por ejemplo que el primero del que se tiene noticia fue hallado en la tumba de Tutankamon, a pesar de que los egipcios veneraban la fertilidad. También se apunta a que lo inventó y le dio nombre un supuesto médico de Carlos II de Inglaterra, Lord Condom, para evitar que el furor sexual del monarca se tradujera en descendencia no deseada. Pero lo único seguro es que el preservativo ha sido durante siglos el principal método anticonceptivo y una de las formas más eficaces para evitar las enfermedades de transmisión sexual.
Sin embargo, hace ya tiempo que la función anticonceptiva no es exclusiva de los profilácticos. La aparición de la píldora, del DIU o los geles espermicidas han ayudado a millones de parejas a prevenir embarazos no deseados a lo largo de las últimas décadas. Y aunque estas fórmulas continúan siendo válidas y utilizadas por millones de hombres y mujeres, la búsqueda de una opción alternativa, más cómoda e igual de eficaz, sigue siendo una de las asignaturas pendientes en el terreno de la investigación.
En España, durante 2020, se produjeron 88.269 interrupciones voluntarias del embarazo, tal y como consta en el Registro Estatal del Ministerio de Sanidad, la mayoría de ellas realizadas antes de la octava semana de gestación. Y, según explica la Sociedad Española de Contracepción, la mayoría de las parejas, un 31,3%, utiliza el preservativo como método más habitual, seguido de la píldora, con el 18,5% de las mujeres; el DIU de cobre, con el 4,3%, y el DIU hormonal, con el 4%. Además, este organismo recuerda que más de la cuarta parte de las mujeres utiliza varios métodos de manera simultánea.
Asistentes de voz como alternativa
Los investigadores llevan años tratando de ofrecer alternativas más cómodas y eficaces frente a estos métodos convencionales aunque, por el momento, sin resultados validados desde el punto de vista científico. Una de las últimas innovaciones, aún pendiente de validación y en fase de pruebas, que se ha llevado a cabo en esta materia es de raíz eminentemente tecnológica: de hecho, se trata de un dispositivo con apariencia de asistente de voz pero que tiene una función muy diferente. Se denomina Coso y, según afirman sus creadores, es capaz de utilizar los ultrasonidos para paralizar de forma temporal la producción de espermatozoides en el hombre.
En caso de que este dispositivo consiga superar las fases de prueba y ser validado clínicamente, supondría toda una revolución en el campo de la anticoncepción porque permitiría dejar atrás las incomodidades que van asociadas a los preservativos y a otros métodos o pruebas quirúrgicas y ofrecer resultados idénticos sin efectos secundarios.
Sobre el papel, el modo de funcionamiento de Coso es sencillo: el usuario solo tendría que introducir los testículos en una cavidad del dispositivo que está llena de agua. En ese momento Coso comenzaría a emitir ultrasonidos durante un periodo de tiempo determinado hasta conseguir paralizar la producción de espermatozoides… y listo. A partir de ese momento, el hombre podría disfrutar de una actividad sexual plena sin temor a provocar un embarazo no deseado durante las dos semanas siguientes.
Para mantener este efecto tan solo sería necesario repetir el procedimiento de forma periódica, mientras que si el hombre deseara volver a ser fértil solo tendría que interrumpir el “tratamiento” y seis meses después de la última sesión recobraría por completo la producción de esperma.
A pesar de lo prometedor del método, de momento se trata de un proyecto en fase de pruebas cuyos resultados no han sido aún testados en seres humanos. Su creadora, Rebecca Weiss, ha basado el funcionamiento de este dispositivo en un estudio liderado por Parsemus Foundation, una organización sin ánimo de lucro dedicada a financiar investigaciones de ideas arriesgadas que intentan mejorar la calidad de vida de los seres humanos, que avaló supuestamente su funcionamiento en animales. Además, Weiss complementó este estudio con una encuesta realizada a más de 400 hombres sobre su interés por un dispositivo de estas características, y colaboró con expertos en sexología, psicólogos y especialistas en urología para intentar definir el producto final.
En la actualidad, su promotora busca financiación para arrancar los ensayos clínicos en humanos como paso previo a la obtención de la correspondiente autorización sanitaria y posterior comercialización.
Innovaciones con menos carga hormonal
Sin embargo, Coso no es el único proyecto ideado durante los últimos años para evitar embarazos no deseados. El avance de la tecnología en este ámbito no solo ha permitido el desarrollo de métodos anticonceptivos para el sexo masculino, sino que ha sido un elemento clave para la evolución de los femeninos ya existentes y para la aparición de otros nuevos más eficaces y con menor carga hormonal.
De hecho, una de las innovaciones más revolucionarias que se han producido durante los últimos años en esta materia son los implantes subdérmicos, que se introducen bajo la piel del brazo de la mujer y le proporcionan protección anticonceptiva durante un mínimo de 3 años.
Estos implantes liberan de forma controlada una sustancia que inhibe la ovulación y garantizan así una anticoncepción segura. Cuando termina su eficacia o la mujer quiere volver a ser fértil, un profesional sanitario puede retirarlo con una sencilla incisión.
Por su parte, científicos de la Universidad de Carolina del Norte están utilizando la precisión de los anticuerpos monoclonales para el desarrollo de un nuevo tipo de anticonceptivo femenino.
Los anticuerpos monoclonales son conocidos por su capacidad para combatir los gérmenes invasores y se utilizan para tratar y prevenir todo tipo de enfermedades. Bajo esta premisa, la empresa Mucommune, propiedad de Samuel Lai, líder del estudio, y que ya ha obtenido la licencia para desarrollar un anticonceptivo basado en estos anticuerpos, está trabajando en su incorporación a un anillo intravaginal que libere los anticuerpos de forma constante, o a una película disoluble que se coloque en la vagina y distribuya los anticuerpos antes de las relaciones sexuales con la misión de inmovilizar a los espermatozoides antes de que lleguen al óvulo.
Sin duda, un gran avance en este ámbito que sugiere que los anticonceptivos basados en anticuerpos podrían ofrecer a las mujeres una opción no hormonal para prevenir el embarazo.
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