No es ningún secreto que el tabaco, el alcohol y muchas otras drogas contienen elementos adictivos que dificultan su abandono por parte de quienes las consumen. Sin embargo, existe un elemento que es capaz de superar esta adicción y que permite a cualquier paciente dejar su hábito con independencia del tipo de droga a la que esté enganchado: el autocontrol o la llamada fuerza de voluntad.

Este elemento, que forma parte de la naturaleza humana y que constituye la mejor herramienta de superación personal, es el que nos ayuda a vencer las tentaciones y a superar los impulsos por fuertes que sean. Y, llevado al ámbito de la salud y de las enfermedades psiquiátricas, el autocontrol es en muchas ocasiones la llave de terapias contra el tabaquismo, la obesidad y otros trastornos relacionados con los impulsos, entre muchas otras.

A pesar de que hasta el momento se ha mantenido instalada la convicción de que esta cualidad no se podía entrenar, un grupo de investigadores alemanes ha llevado a cabo un estudio para intentar demostrar lo contrario.

Un programa para entrenar el autocontrol

Tal y como recogen sus promotores¹, el objetivo de este programa de investigación, que ha contado con más de 1,4 millones de euros de fondos europeos, es desarrollar un entrenamiento de autocontrol e investigar su efectividad en personas sanas que pueden sufrir problemas de autorregulación en la vida real, es decir, a la hora de hacer dieta, de dejar de fumar o de superar el consumo excesivo de alcohol.

El objetivo de los investigadores ha sido desarrollar una aplicación de distribución gratuita que incluya un entrenamiento de autocontrol mejorado, capaz de adaptarse a los impulsos que se quieren controlar para ayudar a la población a contrarrestar los problemas de autorregulación que puedan sufrir.

La investigación parte de la base de que la corteza prefrontal del cerebro, en particular la circunvolución frontal inferior derecha, resulta clave para conseguir un mayor autocontrol; por esta razón los investigadores se han centrado en buscar la forma de fortalecer esta parte del cerebro para mejorar la capacidad de resistencia de determinados impulsos, como encender un cigarrillo o comer sin tener apetito.

El primer avance del estudio mostró resultados esperanzadores en torno al efecto que tenía jugar durante dos meses con un videojuego específico para aumentar el autocontrol. Este trabajo permitió aumentar el grosor de la circunvolución frontal inferior derecha y abrió la puerta a la posibilidad de llevar a cabo un entrenamiento efectivo del cerebro en ese sentido.

A continuación, los investigadores se centraron en investigar su efectividad para controlar el deseo de fumar, de comer y de beber alcohol, a través de entrenamientos que emplean la llamada tarea de evitación de enfoques; es decir, para contribuir a alejar las imágenes que evocan su adicción de una forma divertida y entretenida.

Mayor elasticidad del cerebro

El estudio ha tenido como sujetos a pacientes dependientes del alcohol, fumadores y jugadores, y a personas con trastornos alimentarios, que se han sometido a un entrenamiento basado en el enfoque-evitación. En estos entrenamientos los participantes han tenido que alejar las imágenes relacionadas con su enfermedad y recurrir a imágenes diferentes e inocuas desde el punto de vista psicológico. Su respuesta se ha analizado con imágenes de resonancia magnética estructural y funcional, que han permitido mostrar la plasticidad que ha provocado el entrenamiento sobre el cerebro.

El resultado final ha permitido, según los investigadores, dar un primer paso en la capacidad de entrenamiento del cerebro, que se ha traducido en una mayor elasticidad de la zona cerebral que aumenta el autocontrol.

En la actualidad los promotores del estudio planean utilizar la aplicación de entrenamiento en pacientes sometidos a rehabilitación por su dependencia del alcohol.

Además, los investigadores han desarrollado un sitio web² que realiza un diagnóstico de las personas en riesgo de sufrir adicción al juego y les proporciona herramientas terapéuticas en línea. Actualmente también exploran la viabilidad de este tipo de entrenamiento para mejorar la respuesta que ofrecen los niños que sufren trastornos alimentarios.