La seda dejó de tener un uso exclusivamente textil hace muchos años para comenzar a probarse en el ámbito de la medicina y la estética. Tal y como explica un miembro del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario¹, la fibroína, una de las dos proteínas de esta tela junto con la sericina, cuenta con especial interés como potencial biomaterial por sus características: es de naturaleza proteica, tiene una gran resistencia mecánica, es biodegradable, puede elaborarse en diferentes configuraciones, su producción es sencilla, y tiene una superficie altamente reactiva.

En este contexto, un proyecto europeo² denominado Silk-Eye se ha hecho eco de estas propiedades para desarrollar polímeros proteicos versátiles de los capullos de seda y crear membranas que se colocan a modo de apósitos sobre heridas producidas en la córnea ocular con el objetivo de mejorar el proceso de cicatrización y restaurar la visión.

Hacia una solución más efectiva

La iniciativa, que tiene una dotación económica de casi 2,5 millones de euros, aprovecha la biocompatibilidad, la elasticidad y la resistencia estructural de la fibroína de la seda, además de su transparencia, permeabilidad y un índice de refracción adecuado con un objetivo: ofrecer soluciones más efectivas, seguras y asequibles para tratar la creciente incidencia de enfermedades y afecciones que afectan la visión en todo el mundo.

En la actualidad para atajar determinadas enfermedades oculares como la miopía, la presbicia y las enfermedades de la córnea, se recurre a la cirugía con implantes corneales o la sustitución o adición del cristalino natural por una lente intraocular.

Sin embargo, estas intervenciones requieren añadir tejido o lentes con vendajes que pueden provocar efectos secundarios como neblina o rechazo corneal; o riesgo de transmisión de enfermedades. La ausencia de un material que reúna todas las necesidades y propiedades de biocompatibilidad necesarias en las aplicaciones de córnea ha constituido uno de los hándicaps de la oftalmología.

La seda como alternativa más segura y efectiva

Sik-Eye empleará la fibroína de la seda para desarrollar una nueva generación de implantes corneales e intraoculares, y adaptarlos a las diferentes aplicaciones y procedimientos de habilitación de la luz. Estos nuevos apósitos e implantes pretenden tener una adaptación más sencilla a lentes intraoculares más funcionales y con mayores propiedades de biocompatibilidad que los implantes sintéticos actuales, y resultarán más seguros y accesibles que los injertos procedentes de donantes.

Hasta el momento, el proyecto ha llevado a cabo procedimientos quirúrgicos específicos en conejos para llevar a cabo con éxito la fotounión de las membranas de seda a las córneas in vivo, así como la reepitelización y la cicatrización corneal.

Los investigadores han conseguido llevar a cabo con éxito el primer procedimiento quirúrgico que utiliza un vendaje corneal basado en la fibroína. Este ensayo se ha llevado a cabo en un cultivo de células corneales in vitro, ex vivo e in vivo en un conejo.

Además, han diseñado el primer material compuesto de polímero de fibroína de seda para la realización de incrustaciones corneales potencialmente biocompatibles, que deberán probarse in vivo. Y ha configurado herramientas de imagen y de simulación específicas que han aportado información sobre el diseño y el mecanismo que precisará una lente intraocular basada en seda para corregir la presbicia.