Cada año nacen de forma prematura alrededor de 15 millones de niños, lo que supone una tasa que oscila entre el 5 y el 18% en función de los países. Según datos de la OMS¹, las complicaciones del nacimiento prematuro son la principal causa de mortalidad entre los menores de cinco años.

Para intentar paliar este problema, un grupo de investigadores de la Universidad Washington de San Luis² ha desarrollado una nueva tecnología de imagen que permite medir y observar las contracciones durante el parto con el objetivo de mejorar la atención de las pacientes con embarazos de alto riesgo y ahondar en la prevención del parto prematuro.

Análisis 4D de las contracciones

El estudio, que ha sido publicado por la revista Nature Communications³, consiste en pasar de la clásica monitorización unidimensional al análisis en cuatro dimensiones para poder establecer tanto la magnitud como la distribución de las contracciones uterinas en tiempo real y en toda la superficie del útero durante el parto.

Esta tecnología se basa en los métodos de imagen empleados para estudiar las afecciones cardiacas y permite obtener las imágenes de las contracciones uterinas de una forma no invasiva, frente a las herramientas disponibles en la actualidad, que solo muestran la presencia o ausencia de contracciones.

Los científicos han partido de la evidencia de que existe una gran cantidad de afecciones obstétricas y ginecológicas que están asociadas con las contracciones uterinas, sin que, hasta el momento, se haya probado un método fiable para medirlas con precisión.

Control e identificación de las contracciones

El nuevo enfoque de medición de las contracciones, que proporcionan al útero la fuerza necesaria para expulsar al feto, podría servir, por ejemplo, para contribuir a identificar los tipos de contracciones tempranas que se producen durante los partos prematuros y ayudar a los especialistas a investigar cómo ralentizarlas, e incluso detenerlas. También permitiría detectar anomalías en las contracciones que amenazan con detener el parto y que obligan a los obstetras a practicar una cesárea. Ambos casos, tanto los partos prematuros como las cesáreas, pueden aumentar el riesgo de lesiones de nacimiento o de muerte tanto para la madre como para el bebé, e incluso afectar al desarrollo neurológico del pequeño a largo plazo.

Durante el estudio los investigadores constataron que las contracciones uterinas son menos predecibles y consistentes que las cardíacas, que se miden con una tecnología similar, y que, a diferencia del corazón, las zonas de iniciación tampoco son fijas en el caso del útero. Según los investigadores, estas apreciaciones agregan más valor a esta nueva tecnología de imagen, ya que permite rastrear los cambios a través de la observación de contracciones progresivas.

El estudio, que ha incluido tanto a madres primerizas como a mujeres que ya habían dado a luz con anterioridad, ha constatado que las contracciones de aquellas eran más largas y sufrían más variaciones que las segundas; este hecho sugiere, a juicio de los investigadores, que el útero puede tener “memoria” de partos anteriores y experimentar contracciones más eficientes y productivas.

¿Para qué servirá?

Los objetivos de esta tecnología son diversos: por un lado, pretende distinguir las contracciones productivas de las no productivas para predecir partos prematuros.

La monitorización de estos espasmos permitirá personalizar los posibles tratamientos farmacológicos, prevenir complicaciones como la detención del parto y observar el útero para prevenir posibles hemorragias postparto.

Además, más allá del ámbito de la obstetricia, este dispositivo permitirá investigar problemas uterinos como la menstruación dolorosa y la endometriosis.

En la actualidad esta tecnología se encuentra en fase de prueba y de recogida de datos para establecer un mapa que permita determinar el rango de referencia normal. Los promotores del estudio, además, confían en desarrollar electrodos impresos y desechables y un transmisor inalámbrico para abaratar el sistema y extender su utilización a zonas geográficas con escasos recursos económicos.