Fisioterapia para la hemofilia: ¿qué beneficios tiene?
¿Cómo afecta la hemofilia a articulaciones y músculos?
Las hemorragias articulares, conocidas como hemartrosis, suponen el 70-80% de las hemorragias en las personas con hemofilia y constituyen la causa principal del daño articular. La recurrencia de estos episodios hemorrágicos provoca complicaciones crónicas como la artropatía hemofílica, caracterizada por dolor articular crónico, hinchazón y disminución de la movilidad.1–3 Los daños en las articulaciones pueden surgir desde la infancia, siendo los codos, las rodillas y los tobillos las articulaciones más afectadas, ya que soportan cargas y realizan actividades con amplitud de movimientos.3
La artropatía hemofílica puede progresar dañando la sinovial y el cartílago, lo que, con el tiempo, conduce a una artrosis secundaria y a una importante destrucción de la estructura articular.1
Otra consecuencia de la hemofilia es el deterioro de la función muscular, que a menudo precede a la aparición del daño articular visible. Se produce la alteración de los patrones de contracción muscular y la reducción de la fuerza, especialmente en las extremidades inferiores.4 Asimismo, la debilidad muscular se ve agravada por los sangrados articulares, provocando atrofia muscular y comprometiendo aún más la estabilidad y el funcionamiento de las articulaciones3.
El dolor crónico es un problema común en las personas con hemofilia, afectando significativamente a su calidad de vida.2 Este dolor puede provocar malestar, contribuyendo al desarrollo de ansiedad o depresión1. Por eso, en pacientes con hemofilia, la fisioterapia puede jugar un papel determinante como parte de un enfoque de atención multidisciplinar.2
Beneficios de la fisioterapia para la hemofilia
Aunque antes la terapia manual estaba contraindicada en personas con hemofilia por riesgo de sangrado, ha demostrado ser segura y eficaz para mejorar el estado de las articulaciones y el tratamiento del dolor5. Algunos de los beneficios de la fisioterapia en hemofilia son los siguientes:
- Reducción del dolor articular: la fisioterapia en hemofilia, incluyendo ejercicios y terapia manual, puede reducir significativamente el dolor articular en personas con hemofilia.6
- Mejora de la salud de las articulaciones y del rango de movimiento: la fisioterapia puede tratar eficazmente la artropatía hemofílica y prevenir una mayor degeneración articular. Estas intervenciones se han asociado con un aumento del rango de movimiento articular, lo que permite mantener y mejorar la flexibilidad de las articulaciones.6
- Mejora de la fuerza muscular: la adopción de programas de ejercicios personalizados mejora la función muscular y la estabilidad de los pacientes con hemofilia.6
- Mejora de la movilidad y la capacidad funcional: los programas de ejercicio también mejoran los niveles de actividad física, la participación y la capacidad funcional, sobre todo en niños, previniendo el deterioro.7
Algunos ejercicios fisioterapéuticos recomendados para la hemofilia
Los ejercicios fisioterapéuticos desempeñan un papel fundamental en el manejo de la hemofilia, ayudando a mejorar la salud articular, reducir los episodios de sangrado y mejorar la calidad de vida de las personas con hemofilia. Estos ejercicios están diseñados específicamente para tratar las enfermedades articulares y la debilidad muscular7:
- Ejercicios de fortalecimiento: son esenciales para mejorar la fuerza muscular y la estabilidad de las articulaciones, lo que puede ayudar a prevenir los episodios de sangrado. Los ejercicios deben centrarse en los grupos musculares principales, especialmente en los que rodean las articulaciones más afectadas por la hemofilia, como los tobillos, las rodillas y los codos8.
- Ejercicios de rango de movimiento (ROM): son cruciales para mantener la flexibilidad de las articulaciones y prevenir contracturas. Deben realizarse con regularidad para garantizar que las articulaciones permanezcan funcionales y móviles7.
- Entrenamiento propioceptivo: ayuda a mejorar el equilibrio y la coordinación, que suelen verse alterados en las personas con hemofilia debido a daños en las articulaciones. Los ejercicios propioceptivos pueden reducir el riesgo de caídas y hemorragias posteriores9.
- Ejercicios aeróbicos: actividades como caminar, nadar y montar en bicicleta pueden mejorar la aptitud cardiovascular y la resistencia física en general, pero deben ser de bajo impacto para minimizar el riesgo de lesiones articulares.7
La combinación de estos ejercicios con la terapia manual, como masajes y movilización articular, ayudan a reducir el dolor y mejorar la movilidad articular. En personas con daño articular más severo se puede recurrir a la hidroterapia o terapia acuática, donde la flotabilidad permite realizar actividad física sin someter a presión a las articulaciones10.
Otra terapia interesante es la electroterapia, en la que se utiliza la estimulación eléctrica para controlar el dolor y la hinchazón, mejorando el movimiento y funcionamiento muscular de los pacientes con hemofilia10. En todo caso, es fundamental establecer un plan de fisioterapia individualizado y personalizado para cada persona con hemofilia, de la mano de profesionales sanitarios, para que los beneficios sean máximos.
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Referencias:
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