Infografías - 08 Marzo, 2021
El 5G pone la medicina del futuro al alcance de la mano.
Esta tecnología reducirá de 200 milisegundos a 1 milisegundo el tiempo de latencia.
El despliegue de las nuevas redes permitirá realizar cirugías en remoto a través de brazos robóticos con seguridad, fomentará las teleconsultas y optimizará la investigación.
Ofrece una comunicación robusta y fiable, y el envío de grandes paquetes de datos.
Tags: #Telemedicina, #InteligenciaArtificial, #IoT, #Tecnología5G
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Se dice de ella que es “la nueva Revolución Industrial”. Y no es para menos. La tecnología 5G es, junto con la ciberseguridad, una de las piezas que faltaban para rozar la ciencia ficción y poner en marcha proyectos tan futuristas y, a la vez, tan próximos como la conducción autónoma.
Gracias al 5G, tecnologías como Internet of Things y la domótica, la Inteligencia Artificial, la Industria 4.0 y la robótica colaborativa podrán despegar de forma definitiva sin más límite que el que imponga la propia innovación.
Y en el campo de la salud y la medicina, la revolución promete ser parecida. Solo hay que recordar que con el 5G la latencia, el tiempo que tarda en producirse una acción desde que se activa hasta que se ejecuta, bajará de los 200 milisegundos actuales a 1 milisegundo, o sea, una milésima de segundo; que la comunicación es más robusta y fiable; y que permite la transmisión de grandes paquetes de datos con un mínimo esfuerzo.
Estos son algunos de los campos médicos en los que esta tecnología tendrá un mayor impacto.
Cirugía teleasistida
La cirugía a distancia puede considerarse como el culmen de la telemedicina. A pesar de que durante los últimos años se han realizado varias operaciones en remoto, con cirujanos a un lado de la línea y un brazo robótico en el otro, la inestabilidad de las comunicaciones y la escasa capacidad de las redes han frenado su avance hasta limitarlo a intervenciones muy puntuales.
Sin embargo, el 5G ya ha empezado a dar muestras de su potencial en este ámbito. A principios de 2019, un consorcio integrado por Huawei, una empresa robótica, un hospital y el Instituto de Investigación del Sudeste de China llevó a cabo con éxito la primera cirugía de manera remota a través de 5G.
El paciente fue un perro al que se le practicó una lobectomía (extirpación del hígado) con un brazo robótico manipulado por un cirujano que estaba a 50 km de distancia. Esta operación se prolongó durante casi una hora y supuso un éxito, según explicó entonces el South China Morning Post, incluso a pesar de que la latencia que se logró entonces fue muy superior a la que se obtiene en la actualidad, de 100 milisegundos frente a 1 milisegundo.
Meses después, el Mobile World Congress de Barcelona fue testigo de la primera intervención quirúrgica teleasistida en el quirófano inteligente Optimus: una neoplasia de colon en el sigma, que permitió exhibir las increíbles posibilidades que ofrece el 5G.
Entre otras cosas, esta tecnología supondrá un hito en materia de colaboración y asistencia entre profesionales médicos situados a distancia gracias a la capacidad de compartir imágenes y vídeos en alta definición en tiempo real.
Teleconsulta
Otra de las grandes expresiones de la telemedicina es la consulta remota, una fórmula que ha sufrido un desarrollo espectacular con la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 y que mantendrá su evolución gracias al 5G.
Este tipo de asistencia es una fórmula idónea para el seguimiento de pacientes crónicos que precisan, de manera preferente, atención domiciliaria. Gracias a esta tecnología los profesionales médicos pueden mantener una comunicación directa y sin fallos, y recibir imágenes en altísima calidad por parte de sus pacientes.
Almacenamiento y análisis de datos médicos
El futuro de la medicina y de la investigación en la lucha contra determinadas enfermedades pasa por almacenar y analizar infinidad de datos médicos procedentes de la mayor cantidad posible de pacientes.
Gracias a esta cantidad ingente de datos y a la formulación de algoritmos de inteligencia artificial es posible comprobar el comportamiento de un determinado fármaco en un paciente concreto y aplicar eventualmente esos resultados a otras personas con enfermedades similares.
El almacenamiento de estos miles de datos, analíticas, pruebas de imagen, etc., debe llevarse a cabo de manera ágil y a través de sistemas robustos y estables que garanticen un acceso inmediato a la información para que resulte efectiva. Esto permite, por ejemplo, que un profesional médico pueda acceder de forma inmediata a una base de datos completa para realizar una consulta sobre un fármaco determinado, o sobre los resultados de un ensayo clínico para un tipo de cáncer. La tecnología 5G aporta estas características y evita fallos en la red que pueden ralentizar el proceso.
Monitorización a través de wearables
Los wearables son una de las tecnologías más prometedoras en el mundo de la salud, especialmente para pacientes que requieren una monitorización constante de su estado de salud.
Estos dispositivos no solo ofrecen información en tiempo real de elementos críticos para el bienestar del paciente, sino que permiten reducir el gasto hospitalario notablemente sin que se produzca una merma en la atención. La mínima latencia del 5G, unida al desarrollo de herramientas de inteligencia artificial permitirá obtener y analizar la información de un modo más eficaz. La única pega que ofrecen estos dispositivos portátiles con 5G es su elevado consumo de energía, que ofrece una autonomía limitada.
Aunque estos son algunos de los ejemplos más tangibles de la revolución 5G, esta tecnología tendrá muchas más ramificaciones en materias como la formación a distancia, la atención sanitaria en zonas remotas, el envío de drones sanitarios y un largo etcétera que será realidad en el momento en que se complete su despliegue efectivo y generalizado.
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