Inteligencia artificial - 22 Septiembre, 2022
Tecnologías para proteger nuestra piel, la cara visible de la medicina interna
La dermatología es uno de los campos en los que la tecnología puede jugar un papel fundamental, especialmente en el ámbito del diagnóstico de enfermedades cutáneas.
La Inteligencia Artificial es una herramienta básica para la detección y el tratamiento del cáncer de piel.
Crean un parche que avisa de una exposición excesiva al sol y del riesgo de sufrir quemaduras.
Tags: #InteligenciaArtificial, #DeepLearning, #Robótica
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Dicen que la piel es la cara visible de la medicina interna; a través de ella se pueden observar de un simple vistazo multitud de alteraciones de nuestra salud e incluso de nuestro estado de ánimo. Por eso la dermatología es uno de los campos más sensibles a los desarrollos tecnológicos, especialmente en lo relativo a la comprobación de determinadas patologías. Una de ellas es el cáncer.
En España los carcinomas de piel tienen una incidencia de 47 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que los temidos melanomas afectan a 12 de cada 100.000 personas. Y, como ocurre con muchas otras enfermedades, la detección temprana es clave para combatirlo.
Procesamiento de imágenes a través de la IA
Dentro de esta particular batalla, la Inteligencia Artificial y las herramientas deep learning o de aprendizaje profundo juegan un papel trascendental. Estos sistemas se alimentan de miles de imágenes procedentes de personas sanas y de pacientes con diferentes tipos de cáncer y aprenden los rasgos de cada uno de los casos para compararlos entre sí, establecer diagnósticos y determinar los mejores tratamientos.
Para llevar a cabo esta tarea “solo” es necesaria la mayor cantidad de imágenes posibles, una buena óptica y un algoritmo entrenado de forma adecuada.
Para comprobar la eficacia de este sistema, la compañía IBM realizó hace años una prueba que consistió en comparar los resultados diagnósticos de su sistema de inteligencia artificial con el de varios dermatólogos, solo a través de imágenes. Y los resultados fueron espectaculares: mientras su algoritmo alcanzó una tasa de acierto del 76% el grupo de dermatólogos acertó con un 70,5%.
Apps de diagnóstico
Durante los últimos años la dermatología ha aprovechado los avances que han experimentado los smartphones para crear aplicaciones de autodiagnóstico cada vez más eficaces. Y, aunque en ningún caso estas aplicaciones pueden sustituir a los médicos, sí pueden ayudar a personas con dificultades de acceso a un especialista a determinar si tienen que preocuparse por la aparición repentina de una mancha o de un lunar.
Hace algún tiempo Google comprobó las millones de consultas que su buscador registraba cada año sobre este tema y creó una app para comprobar supuestos problemas de piel.
Algo similar hizo la empresa SkinVision, que creó una aplicación para revisar y evaluar las alteraciones de la piel, y crear un perfil de riesgo del paciente ante determinados tipos de cáncer de piel.
La aplicación DermaScan, por su parte, es capaz de detectar más de 500 afecciones de la piel en 134 categorías con la ayuda de un simple teléfono inteligente, y con una precisión que, según indica en su web, ronda el 97%.
Despliegue de robots de exploración
Otra de las tecnologías que ha aterrizado en el mundo de la dermatología es la robótica. La empresa Canfield Scientific ha desarrollado un robot que realiza una exploración integral del cuerpo humano en 360o para localizar y diagnosticar posibles lesiones en la piel.
A ello se le añade el papel que este tipo de colaboradores está llamado a realizar en el futuro, especialmente en las terapias láser. Los robots son mucho más precisos a la hora de orientar y “disparar” los haces de luz láser sobre determinadas lesiones y minimizar la incidencia sobre los tejidos circundantes sanos.
Tecnología para regenerar tejidos
La impresión 3D y el progresivo diseño de tintas biológicas para la creación de piel artificial y de tejido capaz de regenerar piel dañada es una de las vías de investigación más activas en el campo de la dermatología.
Científicos de la Universidad Carlos III de Madrid, en colaboración con la firma de bioingeniería BioDan Group, diseñaron una bioimpresora en 3D capaz de crear piel completamente funcional.
Por su parte, la firma de bioimpresión Organovo lleva años investigando la creación de piel a través de la impresión en 3D para regenerar tejidos.
Sensores epiteliales
Además de la monitorización de determinados signos vitales, el mercado de los wearables también ha diseñado soluciones destinadas al mundo de la dermatología. La cosmética L´Oreal ha creado un wearable portátil que es capaz de medir la exposición al sol del usuario y alertar de posibles quemaduras e incluso de advertir del exceso de contaminación, humedad y polen.
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