Inteligencia artificial - 1 Octubre, 2020
La tecnología aplicada al campo de la oftalmología desarrolla dispositivos para revertir las consecuencias del glaucoma o la retinosis pigmentaria. Investigadores italianos desarrollan una prótesis de retina poco invasiva.
Tags: #Oftalmología, #DiscapacidadVisual, #OjosBiónicos, #Ceguera
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Hace varios meses un periodista de La Voz de Galicia quiso experimentar en primera persona cómo se desenvuelve una persona invidente durante 24 horas y recoger sus sensaciones en un reportaje. El documento, inspirado por la ceguera casi total de su propia madre, es tan gráfico que solo hace falta leer las primeras líneas para descubrir la angustia que pueden llegar a sufrir las personas privadas de visión.
Y no es para menos: la vista es el sentido más evolucionado e importante. Gracias a ella absorbemos y procesamos hasta el 85% de los estímulos y de la información que recibimos, y nos desenvolvemos con soltura en nuestra vida diaria. Por eso, la pérdida de la visión es una de las lesiones más angustiosas que puede sufrir una persona.
Por desgracia, hoy en día los trasplantes de ojos son inviables: todavía falta mucho para conseguir una técnica tan espectacular como la que protagoniza John Anderton, el personaje interpretado por Tom Cruise, en Minority Report. Hasta que se desarrolle una intervención parecida, la tecnología aplicada al campo de la oftalmología continúa trabajando para desarrollar dispositivos que permitan devolver la vista a las personas que la han perdido.
Uno de los proyectos más recientes consiste en un dispositivo de visión cortical denominado Cortical Frontiers que está compuesto por un arnés, una cámara y un transmisor, y por varios implantes electrónicos inalámbricos en miniatura colocados en la superficie del cerebro. Este dispositivo actúa entre la retina y la parte del cerebro encargada de procesar las imágenes y funciona con estimulación eléctrica. En concreto, la cámara de vídeo envía la señal a un procesador de visión que se encarga de extraer la información que resulta más útil. Esos datos se transmiten de forma inalámbrica a un circuito ubicado en los implantes y los convierte en impulsos eléctricos que estimulan el cerebro mediante microelectrodos.
El objetivo de este dispositivo consiste en restaurar la percepción visual de las personas invidentes mediante estímulos eléctricos enviados a la región del cerebro que recibe, integra y procesa la información visual. Por el momento, esta investigación, desarrollada por la Universidad de Monash, está pendiente de ensayo clínico.
Otra investigación reciente se centra en la utilización de la inteligencia artificial como mecanismo de apoyo frente a la ceguera. OrCam My Eye es un avanzado dispositivo portátil de asistencia para personas invidentes o con discapacidad visual que utiliza la IA para leer texto, códigos de barras, reconocer rostros, identificar productos, monedas, colores e incluso la fecha y la hora, a través de un control de gestos intuitivo. ¿Cómo? El dispositivo cuenta con un sensor óptico avanzado que captura una imagen y transmite la información de forma audible, sin conexión a internet. Aunque estos dispositivos no devuelven la vista a los discapacitados visuales, sí constituyen un apoyo fundamental para que puedan desenvolverse con independencia. Entre otras cosas, el OrCam My Eye ayuda a leer un libro, un mensaje en el teléfono móvil o la carta de un restaurante
Entre todas estas innovaciones destaca la prótesis de retina que ha desarrollado el Instituto Italiano de Tecnología, y que ha publicado la revista Nature. Esta prótesis ha sido realizada con nanopartículas biocompatibles de un polímero denominado P3HT-NP que ha conseguido devolver la visión a ratas con retinosis pigmentaria. Sus responsables aseguran que, en caso de que esta solución demuestre su eficacia y seguridad, será menos invasiva porque evitará la realización de cirugía y la implantación de electrodos en la corteza visual. Esta tecnología es potencialmente efectiva frente a la retinosis pigmentaria y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), una de las enfermedades oftalmológicas más frecuentes, que tiene carácter hereditario y que aparece principalmente a partir de los 60 años.
Estas innovaciones pretenden dar respuesta a la pérdida de visión debido a enfermedades como el glaucoma o la retinosis pigmentaria, en lo que continúa siendo uno de los grandes retos de la medicina.
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