Mueve alrededor de 3.000 millones de euros anuales y cuenta con más de 5.000 clínicas en España. Es capaz de llevar cada año en peregrinación hasta Turquía a 400.000 personas procedentes de todo el mundo. Y se calcula que cerca del 36% de la población española ha recurrido a ella en alguna ocasión. 

Hablamos de la medicina estética, una de las especialidades más en alza del mundo de la salud que se encuentra a la vanguardia de la innovación y que ha experimentado un crecimiento sostenido durante los últimos años. 

A pesar de que todavía le persigue el estigma de los implantes voluptuosos de silicona en pechos y labios, la medicina estética actual es una disciplina mucho más sutil y especializada que va más allá de los clásicos tratamientos de rejuvenecimiento al que se sometían muchas mujeres y algunos hombres al traspasar la barrera de los 60. 

Hoy en día, la moda ‘selfie’ y el culto a la imagen que imponen las redes sociales ha convertido en habitual lo que hace tres décadas resultaba casi impensable: ver a chicos y chicas que rondan la veintena someterse a algún tipo de tratamiento estético. 

De hecho, según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética, casi cuatro de cada 10 personas a partir de los 26 años se han sometido a algún tratamiento de este tipo en España, especialmente rellenos de ácido hialurónico en los labios y otros preventivos con toxina botulínica. Sin embargo, los pacientes jóvenes también recurren a ellos para combatir la celulitis y reducir la grasa corporal, mientras que las personas de más edad se someten a tratamientos de hiperpigmentación, manchas y fotorrejuvenecimiento. 

Uno de los pilares sobre los que descansa la medicina estética es la continua innovación que se aplica a sus tratamientos. Estos son algunos de los más novedosos:

MULMI: Tecnología de ultrasonidos para reducir grasa

Esta tecnología de ultrasonidos (acrónimo de Multifocused Ultrasound Low Mechanical Index) actúa sobre el tejido hipodérmico (adiposo y conectivo o de relleno) para reducir la grasa corporal y aumentar el músculo con precisión. Cuando los ultrasonidos atacan las células grasas provocan una ruptura en su membrana que logra eliminar su contenido y contribuyen a la progresiva desaparición del adipocito.

Una de las ventajas de esta tecnología es que es capaz de actuar sobre el tejido graso y de conseguir una reducción efectiva del mismo sin afectar a tejidos circundantes, como vísceras o músculos. Y que, además, lo hace por efecto acústico, no térmico.

Esta tecnología no solo elimina la grasa de forma selectiva, sino que además estimula el colágeno y aumenta la tersura.

HIFU: Lifting sin cirugía

Este lifting sin cirugía utiliza los ultrasonidos de alta intensidad (High-Intensity Focused Ultrasound) para reducir la flaccidez, especialmente la facial, y transforma la energía en calor para producir más elastina y colágeno.

Además, está tecnología puede convertir la grasa sólida en líquida para ayudar al organismo a eliminarla de forma natural. Se suele emplear en las zonas de expresión facial como la frente y los ojos, aunque también en el cuello, los brazos, los muslos y el abdomen.

Imágenes en 3D para medir la eficacia del bótox

La toxina botulínica o botox es una de las sustancias más conocidas en el mundo de la medicina estética. Provoca un bloqueo neuromuscular selectivo que contribuye a reducir las contracciones de los músculos y a atenuar las arrugas y las líneas de expresión.

La fotogrametría de seguimiento de motas tridimensionales utiliza imágenes 3D para comprobar el funcionamiento de los tratamientos de botox y para reducir la parálisis facial derivada del accidente cerebrovascular y la parálisis de Bell.

Esta técnica utiliza un mapa térmico de la piel antes y después de los tratamientos, de forma que se puede comprobar de forma objetiva la reducción de arrugas y otras variables como la dosis óptima para obtener el máximo beneficio estético.

Criolipólisis para eliminar grasa corporal

Este tratamiento está diseñado para reducir la grasa corporal sin cirugía y cuenta con la aprobación de la Food and Drug Administration estadounidense (FDA).

La criolipólisis es un procedimiento dermatológico no invasivo que consigue eliminar la grasa corporal mediante la aplicación de frío. Para ello utiliza un dispositivo que se aplica a la piel sobre una película con el objetivo de enfriar las células grasas y descomponerlas.

A pesar de que no tiene efectos secundarios sí ofrece algunas contraindicaciones, especialmente en personas que tienen una sensibilidad especial al frío.

Estos tratamientos son solo ejemplos de la tecnología asociada a la medicina estética, un sector sujeto a continua innovación que también convive con el uso del bótox, los hilos tensores y el peeling facial de ácido tricoloracético (TCA), entre muchos otros tratamientos.