El cáncer, su carga física y emocional, el gasto que supone y, sobre todo, sus índices de mortalidad siguen siendo una de las principales lacras del milenio.

Si en 2020 el número de muertes en todo el mundo fue de casi 10 millones, dentro de dos décadas esta cifra aumentará hasta superar los 16,3 millones de casos, según un informe elaborado por la Sociedad Española de Oncología Médica.

Por esta razón, el estudio de esta enfermedad, tanto en materia de prevención y diagnóstico, como de tratamiento, sigue siendo una de las prioridades de la investigación médica en todo el mundo. Estas son algunas de las tecnologías más recientes y prometedoras en la lucha contra el cáncer en todas sus fases.

Detección temprana de biomarcadores

La detección temprana de biomarcadores es una de las tecnologías más efectivas en la lucha contra diferentes enfermedades, entre ellas el cáncer.

La biopsia de líquidos consiste en realizar análisis de tumores mediante el uso de biomarcadores que están presentes en la sangre y que revelan posibles anomalías. La biopsia con líquido extrae células cancerosas de una muestra de sangre simple.

El uso de biomarcadores en la sangre ya está transformando el diagnóstico de cáncer y se ha convertido en uno de los métodos más prometedores como proceso primario para todas las biopsias siempre que es posible.

Diagnóstico de cáncer en tiempo real

En 2019 un estudio determinó que más del 20% de las mujeres que tenían cáncer de mama tuvo que someterse a una segunda operación porque no se detectaron células malignas la primera vez.

Para corregir esta situación un nuevo dispositivo de imagen ofrece información intraoperatoria que ayuda a los cirujanos a identificar el tumor y el tejido sano, y mejorar los resultados de la cirugía.

Ensayos in silico

Los ensayos clínicos son la herramienta más eficaz para probar tratamientos médicos. Sin embargo, su desarrollo es lento, costoso y puede provocar pérdidas de vidas humanas, efectos secundarios, etc., hasta que consiguen aprobarse.

La medicina in silico utiliza la simulación computacional para probar medicamentos y tratamientos en pacientes virtuales y predecir así su comportamiento en una persona real.

Aunque todavía no se pueden realizar estudios clínicos completos con ensayos in silico, ya se han desarrollado diferentes programas que caminan en esa dirección, especialmente en el mundo de la cardiología y la oncología.

Jaulas de ADN

Los tratamientos convencionales de quimioterapia tienen una gran toxicidad que actúa, no sólo sobre las células cancerosas sino que también destruye las sanas. Por eso el objetivo de tratamientos como las Jaulas de ADN consiste en administrar los fármacos directamente a las células que necesitan ser tratadas. Son las células cancerosas las que activan la jaula de ADN para abrirse y liberar el fármaco, que de esta forma solo incide sobre ellas.

En la actualidad existen otras investigaciones que utilizan haces de luz para activar la jaula y liberar los fármacos.

Medición de biomarcadores de laboratorio en casa

Uno de los grandes hándicaps que tienen las pruebas de detección de biomarcadores es que se tienen que realizar en laboratorio, en ocasiones a mucha distancia del paciente, y sus resultados se obtienen después de varias horas.

Las nuevas tecnologías de medición de biomarcadores en el Point-of-Care (POC o Punto de Atención) del paciente han conseguido detectar y cuantificar biomarcadores en concentraciones mucho más bajas y así mejorar la respuesta y el diagnóstico precoz de enfermedades. Este tipo de herramientas es especialmente eficaz durante tratamientos como la quimioterapia, que exige un recuento periódico de glóbulos blancos para comprobar la evolución del sistema inmunitario del paciente.

Control del dolor

El control del dolor es otra de las facetas íntimamente relacionadas con esta enfermedad. En muchas ocasiones los pacientes con cáncer solo podían calmar el dolor con potentes analgésicos con notables efectos secundarios. Sin embargo, la tecnología ha alumbrado herramientas de estimulación nerviosa intensiva y de realidad virtual que se han demostrado eficaces a la hora de ayudarles a controlar el dolor crónico.

Estas tecnologías son solo una muestra de los enormes esfuerzos que lleva a cabo la investigación médica para paliar los efectos de esta terrible enfermedad. En muchas ocasiones el reto no consiste en conseguir la cura sino contribuir a que la enfermedad se cronifique manteniendo las condiciones de vida del paciente.